En algunos casos extremos se ha descrito una auténtica obsesión por tener los dientes blancos que podríamos llamar "blancorexia". Nunca ven sus dientes suficientemente blancos.
Alimentos como el vino o el café manchan los dientes a la larga. Contienen pigmentos que se depositan en el esmalte junto con la placa bacteriana. El tabaco es otro factor que mancha los dientes de un tono amarillento.
Hay que tener presente que los tratamientos blanqueadores disponibles en farmacia nos van a permitir recuperar nuestro color original. Eliminan las manchas que se han ido acumulando. Pero hay que tener presente que no van a subir el tono de nuestro color natural. Los tratamientos blanqueadores vienen en forma de pastas de dientes, enjuagues bucales, cepillos específicos y lápices o aplicadores.
Antiguamente los dentífricos blanqueadores eran muy abrasivos y podían rayar el esmalte. Además se recomendaba no usarlas mucho tiempo seguido para evitar problemas de sensibilidad producidos por la erosión del esmalte. Hoy en día las pastas blanqueadoras han reducido mucho la o abrasividad y se pueden usar durante periodos largos de tiempo. Incorporan agentes como la polivinilpirrolidona (PVP) que hace una película que dificulta la adherencia de las manchas y la placa bacteriana. Por supuesto llevan flúor para endurecer el esmalte por su acción anti caries. En el caso de la pasta Vitis blanqueadora incorpora la tecnología patentada nanorepair que rellena las superficies irregulares del diente dando una superficie más lisa y brillante. Además sella los túbulos dentinales previniendo la sensibilidad dental.
También existen pinceles o moldes con geles a base de peróxido de hidrógeno en diferentes concentraciones. Son más enérgicos y están indicados en manchas muy visibles o para hacer un blanqueamiento rápido.
Si lo que queremos es subir el tono original de nuestros dientes deberemos acudir al dentista para que nos efectúe un tratamiento profesional. Hay que tener en cuenta que es un sistema mucho más costoso. Estos se basan en el uso de peróxido de hidrógeno a presión. A veces se combina con luz ultravioleta para activar los agentes blanqueadores. Son tratamientos más agresivos que no se pueden hacer continuamente. Se recomienda dejar un plazo de 6 meses entre sesiones para evitar problemas de hipersensibilidad.
Resumiendo, hay que adecuar las expectativas sobre un tratamiento blanqueador a la realidad.
Os invitamos a consultar nuestra sección de blanqueadores en Farmacia Lluis. Estaremos encantados de atenderos.
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Salud-os!
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