Ahora que llega la primavera empieza la temporada de alergias. Cada vez hay más personas afectadas por este problema. El principal causante de estas alergias es el polen que aumenta mucho sus niveles en el aire en esta época del año.
Para simplificarlo la alergia es una respuesta exagerada frente a sustancias inocuas. Un alérgeno puede ser un alimento, un tipo de polen, ácaros, plumas o pelo de animales. El sistema inmune confunde estas sustancias que no suponen ningún riesgo para el organismo con amenazas externas como virus, bacterias, hongos, etc. Las defensas atacan estas supuestas amenazas liberando sustancias inflamatorias como la histamina que producen los "daños colaterales" o síntomas de la alergia.
Actualmente se dice que un 20% de la población presenta algún tipo de alergia. Es una enfermedad que afecta a la vida diaria de quien la sufre y tienen un profundo impacto en la calidad de la misma. Se manifiesta de distintas formas y grados de severidad desde asma, rinitis o dermatitis atópica. Los antecedentes familiares son indicadores que predisponen a un niño a ser alérgico. A un bebé con riesgo de alergia se le aconseja recibir una lactancia materna por un periodo largo. Esto favorece un buen funcionamiento del sistema inmune del bebé.
La exploración física, las pruebas cutáneas y las pruebas de laboratorio son los pasos a seguir para diagnosticar a una persona como alérgico de manera correcta y poder identificar los alérgenos que son las sustancias causantes de la alergia. Así se pueden tomar medidas para evitar la exposición a los alérgenos o reducirla en la medida de lo posible.
Las pruebas cutáneas o prick test se pueden hacer a cualquier edad y son sencillas y bastante rápidas. Antes de hacerlas se recomienda no tomar medicamentos antihistamínicos durante la semana previa para no alterar el resultado. Esta prueba se realiza en la cara interna del brazo. Se ponen unas gotas con los alérgenos más comunes. Con una lanceta desechable se da un pequeño pinchazo superficial. Al cabo de 15 minutos se observa si hay inflamación con alguna de las sustancias usadas. Si el resultado es positivo se hará otra prueba de laboratorio o RAST para confirmar que ese alérgeno sea la causa de la alergia.
Las personas alérgicas pueden tener diferentes síntomas. Es común el lagrimeo y picor en los ojos. También es frecuente la congestión nasal y los estornudos. Para estos síntomas menores hay productos en la farmacia que pueden resolver el problema colirios para los ojos, sprays nasales y comprimidos por vía oral. Otras veces puede afectar a la piel produciendo picores o eccemas. También existen preparados efectivos para combatirlo desde la farmacia, ya sea via tópica o vía oral. En casos más graves se deriva al paciente al médico.
Los medicamentos antihistamínicos alivian los síntomas pero no tratan la causa. Por eso cuando se pasa el efecto los síntomas vuelven. Muchos pacientes tienen que tomar el tratamiento durante una época del año concreta que coincide con la presencia del alérgeno en el ambiente. Cuando el alérgeno desaparece ya no presenta síntomas y no necesita seguir el tratamiento. Los primeros antihistamínicos daban mucho sueño, pero los más modernos han conseguido reducir este problema al mínimo.
Cuando no es posible evitar la exposición al alérgeno y los fármacos no son suficiente para controlar los síntomas está indicado el tratamiento con vacunas individualizadas para cada paciente. Hay que tener en cuenta que son tratamientos largos de hasta 5 años encaminados a acostumbrar al organismo al alérgeno y que no produzca una respuesta tan fuerte en el sistema inmune. Así a la larga se pretende conseguir que se reduzca la gravedad de los síntomas.
En una próxima entrada pondremos enlaces a webs importantes relacionadas con el tema de las alergias. ¡Estad atentos!
¡Saludos!
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